sábado, 10 de octubre de 2015

KIM JONG - un EL DICTADOR MAS CRUEL???????????

El joven dictador Kim Jong-un arenga a las masas en un gran desfile por el 70 aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores

 

Con un gran desfile con miles de soldados marchando al paso de la oca, igual que en la Alemania nazi o la extinta Unión Soviética, Corea del Norte ha celebrado este sábado el 70 aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores, que dirige este aislado país asiático con puño de hierro bajo la tercera generación de la dinastía Kim. Siete décadas de estalinismo que han convertido a Corea del Norte en la última frontera que queda de la Guerra Fría. Para conservar el poder y perpetuar este anacronismo, el régimen que dirige el joven dictador Kim Jong-un se aferra a su programa militar y de armas nucleares. Mientras tanto, su sufrido pueblo subsiste a duras penas con cartillas de racionamiento y gachas de maíz bajo los constantes apagones por falta de energía, cuando no es encerrado en los campos de trabajos forzados donde, según los grupos defensores de los derechos humanos, se pudren hasta 200.000 prisioneros políticos.
Luciendo músculo militar en un espectacular baño de masas, Kim Jong-un ha advertido a Estados Unidos de que «nuestras fuerzas revolucionarias están preparadas para responder a cualquier tipo de guerra que quieran los imperialistas americanos», según informan las agencias internacionales desde Pyongyang. Presidiendo el desfile en la plaza dedicada a su abuelo y «padre» fundador de la patria, Kim Il-sung, el joven sátrapa ha asegurado que «a través de la política Songun de primacía militar, nuestro Ejército Popular de Corea se ha convertido en la fuerza revolucionaria más poderosa y nuestro país en una fortaleza impenetrable y una potencia militar global».
Tal y como muestran las imágenes distribuidas por la agencia estatal de noticias KCNA, el régimen ha desplegado sus más modernos tanques, vehículos acorazados, drones y misiles mientras la multitud dibujaba de forma sincronizada mensajes propagandísticos con sus pompones de colores. Desde hace dos décadas, Corea del Norte persigue blindarse con armas nucleares y misiles de largo alcance que disuadan a EE.UU. de intentar un cambio de régimen. Una supuesta amenaza que sirve al régimen de los Kim, uno de los más represivos del mudo, para cohesionar su poder y, de paso, justificar las miserias que sufre la población.
A tenor de un informe publicado esta semana en EE.UU. por el Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional, Pyongyang tendría entre 10 y 16 armas nucleares a finales del año pasado. Sin embargo, los expertos dudan de que sus científicos hayan alcanzado la tecnología necesaria para miniaturizarlas en las cabezas atómicasde sus misiles de medio y largo alcance, cuya efectividad se halla en entredicho tras sus numerosos fallos.
A pesar de estos fiascos, Corea del Norte ha llevado a cabo ya tres ensayos nucleares, en 2006, 2009 y 2013, y a finales de 2012 disparó un cohete de largo alcance que, al parecer, puso en órbita un satélite espacial. Dicho lanzamiento fue condenado por la ONU por considerar que se trataba de una prueba balística, prohibida por sus sanciones contra el régimen.
Enrocándose en esta diplomacia atómica que ya practicara el «Querido Líder» Kim Jong-il, fallecido en diciembre de 2011, su hijo y sucesor, el obeso Jong-un, intenta afianzar su poder ante la cúpula de viejos generales que controlan el Ejército, verdadero sostén del régimen. «En comparación con la época de Kim Jong-il, es más difícil para el actual dictador alcanzar consenso interno y lograr la confianza para llevar a cabo sus ideas, debido a la inseguridad dentro de la política doméstica y las cada vez mayores tensiones provocadas por una incipiente, pero todavía pequeña, economía privada de mercado», analiza para ABC Jang Jin-sung, ideólogo de la propaganda norcoreana que escribía los versos que ensalzaban al «Querido Líder» y huyó a Seúl, donde dirige el observatorio político New Focus International.
Al margen de este alarde de fuerza, otro de los objetivos del desfile es mostrar la cierta mejora que ha experimentado la economía de Corea del Norte, que se ha beneficiado de la venta de recursos mineros a China tras atravesar en los años 90 una «Gran Hambruna» que diezmó a su población.
Entre los invitados a la gran parada militar de Pyongyang destacó el número cinco del régimen chino, Liu Yunshan, a quien Kim Jong-un entregó un mensaje para el presidente Xi Jinping. Tal y como informó la agencia china de noticias Xinhua, Pekín pretende desbloquear las conversaciones a seis bandas sobre el desarme nuclear de Corea del Norte, estancadas desde hace siete años.
Además, el autoritario régimen de Pyongyang permitió la entrada de numerosos medios internacionales, sobre todo televisiones, para difundir su mensaje propagandístico controlando sus movimientos y, por supuesto, mostrando solo la parte más moderna y remozada de Pyongyang. Pero, cuando se apaguen los focos de las celebraciones, Corea del Norte volverá a sumirse en las sombras de un régimen siniestro que lleva ya 70 años marchando al paso de la oca… para no moverse de donde está